viernes, 19 de agosto de 2011



Métodos de exegésis para el estudio del Nuevo Testamento: comparación de semejanzas y diferencias, entre la exposición de Weren con la de otros autores


Seminario de Investigación Bíblica 




Por Vanina Galleani
Buenos Aires 
Mayo 2009






Introducción

El presente trabajo, consiste en la realización de una comparación detallada de semejanzas y diferencias, tanto entre la exposición que realiza Weren, como con la que desarrollan Strecker y Schnelle, sumando también el aporte del estudio Krüger y otros, cuyo fin es el de ver los efectos significativos del estudio de la exégesis bíblica. Esto es posible, describiendo diversos aspectos críticos, situados dentro de dos grandes dimensiones, a saber, la dimensión sincrónica y la dimensión diacrónica.
Partimos de la base, de que una exégesis digna de confianza no se puede fijar sólo en un método. La perspectiva particular que asume cada exégeta determina en gran medida las cosas que él puede captar en el texto1; es importante para esto, ver las diversas lecturas que se dan en el estudio del texto bíblico.
Por este motivo, se introducirá al análisis de cada crítica en particular, destacando los aspectos sobresalientes de cada estudio, y viendo así el aspecto relacional que surge entre partes, para un mejor aprovechamiento de la tarea exegética del Nuevo Testamento.


Desarrollo:

Distinción entre sincronía y diacronía:

Weren desarrolla el tema, tomando primeramente la dimensión “sincrónica”, cuyo término significa contemporaneidad; es algo que coincide en el tiempo: una realidad que sucede al mismo tiempo, al lado de otra2; opuesto a la dimensión “diacrónica”, que refiere al desarrollo histórico, y pone en relieve la no – contemporaneidad o el carácter sucesivo de los diversos elementos de una realidad: investiga el desarrollo que un idioma ha sufrido a lo largo de la historia3. Krüger, en su estudio en cuanto a esta distinción entre ambos términos, dice que la lengua es un código en el que se pueden establecer relaciones, diferencias, conjunciones, disyunciones y oposiciones entre sus elementos: estos son parte del sistema sincrónico del texto. Este aspecto, debe distinguirse de las transformaciones que puedan surgir a lo largo de su evolución, estudiados por la filología, la etimología, la crítica de las tradiciones; esto es, el aspecto diacrónico del texto4. Strecker y Schnelle, no distinguen ambos términos, sino que destacan que la subordinación entre ambos, es lo que se corresponde con la relación cambiante entre la formación y el estado del texto5. La palabra sincronía se utiliza también como un término técnico en lingüística; en este caso se relaciona con el punto de vista que el investigador adopta al estudiar unos fenómenos lingüísticos particulares. Alude al estudio lingüístico de la estructura o composición de un idioma en un momento particular de su existencia, prescindiendo de su evolución histórica6. Streker y Schnelle, acerca de la “lingüística”, dicen que parte de la teoría de un texto, al que se entiende como conjunto estructurado (elementos interrelacionados entre sí), y como una parte de un proceso de comunicación que hay que investigar sincrónicamente. Para eso, se requiere el análisis sintáctico-lingüístico de un texto, cuyo objeto es el vocabulario y su conexión gramatical. La exégesis histórico-crítica debe aceptar positivamente la depuración de la metodología en el trabajo textual7.


Los Métodos Sincrónicos:

En cuanto a la teoría literaria, a través de una lectura sincrónica intentamos desvelar los modelos de organización de un texto, haciendo visibles sus líneas de significado. En una aproximación de lectura sincrónica, primero se establecen los límites del texto (marcan donde empieza y donde termina: son cuestiones relacionadas con la demarcación8); como segundo paso se estudian aquellas técnicas más apropiadas para el estudio de ese texto: con esto de destaca su estructura, es decir, la manera en que está construido (se interesa por el desarrollo y ejecución de lo narrado)9. Luego se estudia el análisis narrativo (las características de un tipo particular de textos), y se introduce a la semántica del texto, que permite exponer los aspectos básicos del significado de un texto dentro de su contexto10. Strecker dice en su estudio, que se requiere un análisis del contexto para poder determinar el lugar de la perícopa dentro de una unidad de sentido más amplia (macrocontexto) y de su entorno inmediato (microcontexto)11.

Con respecto a los “límites del texto”, Weren menciona que todo análisis textual comienza con su demarcación12, que a su vez conforma una unidad con sentido propio, pero la longitud de esta unidad puede variar: a) a veces constituye una simple sentencia, por ejemplo, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”13;b) se entiende también como una pequeña unidad redondeada (perícopa); c) dos o tres perícopas conforman un texto14; d) texto también conforma la totalidad de un libro de la Biblia. Los que considera como relevantes en su estudio de exégesis bíblica, son los puntos b) y c), considerando los niveles de demarcación a) y d) como superfluos, ya que los límites de este tipo de textos se encuentran establecidos de antemano15. Ciertos rasgos literarios pueden ayudar a descubrir los límites del texto, que se despliegan en forma de paralelismos; o que siguen un modelo quiástico, o un orden concéntrico16 (respecto de estos temas, el estudio de Krüger, Croatto y Míguez, muestra el “análisis de estructuras manifiestas”, donde desarrolla estos aspectos)17. El lector puede descubrir también que un texto forma un conjunto coherente por el hecho de que una palabra particular se repite varias veces, funcionando así como tema básico de fondo18. Strecker muestra la importancia de la uniformidad de un texto, diciendo que es necesario corroborar la consistencia del texto por sí mismo, en cuanto al vocabulario y al uso de la lengua; en cuanto al desarrollo de la acción y en cuanto a la teología, porque algunas particularidades idiomáticas, repeticiones innecesarias e incompatibilidades, pueden apuntar a autores distintos; y si se detectan, se deben mencionar19. La manera en que se resuelve la demarcación, tiene consecuencias para todos los pasos siguientes de la investigación, sea cual fuere el método que se utilice20.

El análisis estructural, incluye dos momentos: 1) Primero se divide el texto en pequeñas unidades (secciones o secuencias: demarcación de las unidades textuales); 2) Se investigan las relaciones que existen entre las subdivisiones del texto y precisamos la función que ejercen dentro del conjunto: se debe ver variaciones de espacio y tiempo, coincidencias y diferencias en la utilización del vocabulario, contrastes y oposiciones21. Krüger dice que los pasos exegéticos histórico – críticos investigan el texto y su detrás o su antes: su historia oral y escrita, su prehistoria, sus etapas y formaciones remotas, su compaginación. El método histórico – crítico ve el texto como fuente para reconstruir procesos históricos: el origen, la formación, las fuentes, la redacción, la situación histórica del texto, tratando de echar luz sobre la composición del texto, sus diversos elementos, la organización de todo su material por el redactor final y su singular proyecto querigmático y teológico. Hay diversos tipos de análisis estructural, pero todos tienen el mismo punto de partida: ven el texto como estructura y organización que produce sentido más allá de la intención del autor. Se dedican al texto en sí, tomando en cuenta el hecho de que todo texto, además de su historia, tiene identidad propia y una autonomía22. La estructura misma de una obra literaria también es un mensaje, por ser fruto de un proceso que incluye elementos lógicos, concientes, intencionales y -pensados, a la vez que naturales de la cultura del escritor: se introducen inconcientemente en la obra. Las estructuras no son adornos, sino esquemas mentales y culturales traducidos al plan fundamental de un texto: cuando este es simétrico, le cabe importancia fundamental al centro como foco teológico y/o narrativo, como condensación del mensaje, quicio, clave de comprensión y análisis23. Uniendo este método con el que se explica a continuación, Strecker y Schnelle dicen que la estructura del texto se interesa por el desarrollo y ejecución de lo narrado (la observación de las personas intervinientes; cambio en la alocución), el análisis de la concatenación del texto (mediante conjunciones, repeticiones, partículas, adverbios de tiempo), la observación del tiempo del texto (cambio de tiempo) y una articulación del texto. El análisis del texto nos permite detectar su estructura narrativa24.

En cuanto al análisis narrativo, Weren dice que éste, parte de la disciplina llamada narratología; es el mundo-en-palabras que puede ofrecer una nueva perspectiva para comprender el mundo en que los lectores se encuentran viviendo. La aplicación de los métodos narratológicos a la exégesis debe ir unida al uso de otros métodos complementarios y a una contribución propia y creadora de la exégesis bíblica que sea fiel a los textos de la Escritura y que capacite para elaborar nuevas formulaciones teóricas del mismo método. El análisis narrativo pone mucho énfasis en el lector implícito, que va siendo guiado por las perspectivas del narrador o del autor implícito25. Krüger no usa los mismos conceptos para describir el análisis narrativo, sino que destaca el trabajo de la semiótica, como disciplina para poder distinguir tanto el componente narrativo (sujetos y objetos, estados y cambios) como el descriptivo (formas y modos específicos que derivan de un análisis cuidadoso de las figuras y conjuntos figurativos), ya que este descubre la “cara” del texto, a nivel interno. Dice también que este análisis describe el comportamiento de los actantes a través del decorrer del texto26.

Acerca del análisis semántico y sintáctico, Weren es el único que los destaca: dice que el tema de la semántica se plantea desde dos perspectivas: la diacrónica (mayoritaria en la exégesis, que intenta destallar los cambios de significado que una palabra particular ha recibido en el transcurso del tiempo) y la sincrónica (que refiere a que el significado de una palabra depende de una red textual más amplia en la que ella está incluida: cada palabra recibe su sentido a través de sus conexiones con otras palabras)27.


Los Métodos Diacrónicos:
El término diacronía: El término se emplea en la teoría literaria, cuando estudia especialmente los modos en los que las tradiciones y textos se han ido desarrollando a lo largo del tiempo28. El análisis diacrónico resulta muy significativo para textos que han circulado en versiones distintas, en comunidades diferentes, en distintos lugares y tiempos diferentes29. Congrega dentro de su estudio, la crítica textual, la crítica histórica, la crítica literaria, la crítica de formas y la crítica de la redacción.
Primeramente, por medio de la crítica textual, se intenta establecer el tenor del texto original (es la crítica diacrónica más antigua). Su investigación se hace necesaria cuando sólo se poseen copias, de las cuales se intenta ofrecer una versión fiable del texto original. Esto se aplica a todos los textos del pasado, cuyo autógrafo no ha sido preservado. La crítica textual resulta también indispensable para el estudio de los libros del Nuevo Testamento30. Krüger menciona en su estudio, que esta crítica posee criterios externos (se refieren a calidad de los testigos, los mejores y más antiguos, los más cercanos al autógrafo; tienen prioridad para la desición) y criterios internos (contexto, estilo, estadística de términos, mundo teológico del autor)31.

La crítica histórica, constituye una rama distinta de la investigación: se ocupa de la historia que está detrás del texto: partiendo de la forma actual y de los estadios de su desarrollo, el crítico histórico intenta llegar hasta los hechos y acontecimientos de que los habla (o a los que alude) el texto. En su uso, proporciona datos valiosos sobre el mundo en que Jesús vivió: hechos geográficos y topográficos, informaciones sobre las condiciones socio-económicas y sobre las costumbres religiosas. También este método, ha servido de estímulo para el surgimiento de la crítica literaria32. Strecker y Schnelle, consideran está crítica como parte de los métodos histórico-críticos, diciendo que la aplicación de este método, no sólo tiene el objetivo histórico de analizar e interpretar un texto del pasado teniendo en cuenta los condicionamientos de su tiempo, sino que pretende, en última instancia, lograr que el creyente lo haga suyo y que la iglesia lo actualice en su predicación33. A este tema, Weren dice que la vieja crítica histórica (el resumen de todos los métodos diacrónicos como pertenecientes al método histórico-crítico), tiene una desviación racionalista, ya que buscó una explicación natural para los acontecimientos que se relataban, de manera que pudieran cuadrar dentro de un conjunto de sucesos que sean capaces de probarse de manera científica34.

La crítica literaria y la crítica de formas, se ocupan de los estadios literarios que preceden a la formación final del texto (que es el que ahora tenemos). Junto con la crítica de la redacción, estas tres en forma conjunta, ofrecen una visión de la historia del desarrollo de un texto.

La crítica literaria se aplica a la investigación y solución científica de los problemas que plantea la identidad del autor: su método nos ayuda a examinar el lenguaje, estilo y motivos teológicos de un texto. Este método también se ocupa de mostrar si el contenido de un libro responde a los que nosotros conocemos sobre la vida de su pretendido autor. Normalmente, la crítica literaria coincida con la crítica de las fuentes. Partiendo del texto, los exégetas intentan reconstruir tradiciones más antiguas, que originalmente poseían una existencia independiente, fuera del actual contexto literario: esa crítica, implica una búsqueda de las fuentes del texto35. Dice Krüger, que la gran mayoría de los autores no indicaban su fuente, sino que usaban la que querían o podían, sin ninguna indicación. En el estudio actual de un escrito antiguo el conocimiento de sus fuentes puede ayudar grandemente en su comprensión e interpretación, y en la precisión de su grado de veracidad. De ello se deriva la importancia de la crítica literaria para el estudio de la Biblia36.

La crítica de formas, pone de relieve los estadios preliminares del texto, y sobre todo, las pequeñas unidades literarias a partir de las cuales se construyen los evangelios (pone el énfasis en el proceso de la tradición oral de las unidades, antes de que estas fueran puestas por escrito); intenta reconstruir esas unidades y trazar un esbozo de la historia de las mismas: se concentra en el “Sitz im Leben” o contexto vital, para denotar las situaciones históricas y sociológicas con las que está conectado el origen y despliegue posterior de una forma literaria37. Strecker y Schnelle desarrollan lo mismo que explica Weren, agregando también una crítica por parte de algunos estudiosos, como lo son Bultmann y Dibelius38. También dicen que el axioma fundamental de la historia de las formas es la suposición de la existencia originaria de una “forma pura” (según esto, la tradición que más se corresponde con la forma normal exigida por un género es más antigua que una forma que se aparte de los rasgos típicos de un género). Una última crítica que dan a este tema, es que en general, no se puede obtener el “Sitz im Leben” sólo a partir del género, sino que en cada unidad de tradición ha de determinarse por separado, siguiendo el análisis de la historia de las formas39. Cuando un fragmento transmitido por vía oral se convierte en una obra literaria, no sólo surge una situación comunicativa distinta, sino que el texto recibe además en el contexto una nueva función que hay que distinguir del primer “Sitz im Leben” no literario40.

La crítica de la redacción se centra en el estadio final de su desarrollo. Este método tiende a desvelar los motivos teológicos que son determinantes para el evangelio en su conjunto. Aquí la exégesis comienza con el presupuesto de que la intención del autor/ redactor se expresa sobre todo, donde ese autor conforma y configura el material de la tradición; por su parte, la forma en que el redactor interpreta el material está determinada igualmente por su situación y por la situación de su público primero, es decir, por sus lectores41. Strecker y Schnelle, dicen que la investigación actual vuelca este método sobre todo en los evangelios sinópticos: intenta descubrir como el evangelista ha ordenado las tradiciones particulares dentro del contexto general de su obra y cómo las ha entendido para poder “explicar cómo ha llegado el texto a su forma actual”. Los presupuestos fundamentales de la historia de la redacción, son el resultado de la crítica de las fuentes, sobre todo de la teoría de las dos fuentes42: respecto de este tema, Weren dice que esto consiste en determinar tanto la armonización (ordenar los sucesos, de modo que se forme un todo continuo, sin contradicciones), como el problema sinóptico (visión unitaria, libro donde los pasajes de diferentes versiones, están dispuestos en columnas una al lado de otra, de manera que pueden compararse fácilmente)43.



Conclusión

El armado del presente trabajo, se desprende de la investigación desarrollada por algunos autores, las cuales constituyen fuentes de gran aporte significativo para la aplicación del estudio exegético al texto bíblico, comparando sus opiniones, y destacando algunos aspectos que sobresalen en sus análisis particulares.
El aporte al análisis exegético del texto neotestamentario, nos hace ver que se debe prestar cuidadosa atención, tanto a la dimensión sincrónica (demarcación, estructura, narración y significado del texto) como a la dimensión diacrónica (diversas críticas: textual, histórica, literaria, crítica de las formas, crítica de la redacción), cuya finalidad sería la de captar la unidad / uniformidad del texto, y la totalidad del contenido del mensaje: cada aspecto en particular, representa un aporte significativo.
Con estas herramientas en mano, el lector puede servirse de datos que amplíen su panorama de “interacción” con el texto bíblico, y le permitan penetrar en la realidad del relato.



Bibliografía consultada

Krüger René, Severino Croatto y Néstor Míguez, Métodos exegéticos, ISEDET: Publicaciones EDUCAB, Buenos Aires, 1996.
Strecker, G. y Schnelle U., Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, traducción de Rafael Puente, Barcelona: Herder, 1974.
Weren, Wim. Métodos de exégesis de los evangelios, Traducción: Xabier Pikaza. Estella, Navarra: Verbo Divino, 2003.


1 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, traducción de Xabier Pikaza. Estella, Navarra: Verbo Divino, 2003, Pág. 13
2 Ibíd., 15-16.
3 Ibíd., 17
4 René Krüger, Severino Croatto y Néstor Míguez, Métodos Exegéticos, ISEDET, Publicaciones EDUCAB, Buenos Aires, 1996. Pág. 257.
5 Georg Strecker y Udo Schnelle, Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, traducción de A. Olivera y J. M. Hernández B. Salamanca: Sígueme, 1997. Pág. 198.
6 “Diacronía y Sincronía”; Términos introducidos por F. de Saussure (1857 – 1913). Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Pág. 15. (Nota al pie)
7 Georg Strecker y Udo Schnelle, Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, Pág. 196.
8 Concuerda con Strecker y Schnelle; Ibíd. Pág. 55.
9 Ibíd, Pág. 56
10 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Págs. 16-17.
11 Georg Strecker y Udo Schnelle, Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, Pág. 56.
12 La cuestión de la demarcación debe resolverse con la ayuda de argumentos tomados de la forma y del contenido de los temas, argumentos que (en lo posible) deben brotar del mismo texto. Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Pág. 30.
13 Ver Mateo 5.43; 19.19; 22.39; Mr. 12.31, etc.
14 Ver Mateo 5,1 - 8,1.
15 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Pág. 29.
16 Ibíd., Pág. 30.
17 El paralelismo consiste en una compaginación de dos o más elementos en una disposición paralela, a los efectos de inculcar un determinado pensamiento. El quiasmo, es una disposición cruzada u opuesta de los elementos pares: es una ordenación cruzada de los elementos o partes de una oración o de una unidad de texto, cuyos contenidos se corresponden. Por último, la estructura concéntrica, tiene una cantidad impar de elementos, y estos forman círculo o anillos equidistantes de un centro común. René Krüger, Severino Croatto y Néstor Míguez, Métodos Exegéticos, Págs. 260-261, 264-265.
18 Ejemplo: en los dos primeros capítulos del libro de Jonás, la repetición de la palabra “bajar” muestra el tema básico de fondo: Jonás está escapando de Dios. La ruta de esta huida, que se repite una vez y otra, muestra que Jonás ha iniciado un movimiento en espiral que le va conduciendo hasta la muerte. Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Pág. 31.
19 Georg Strecker y Udo Schnelle, Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, Pág. 56.
20 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Pág. 40.
21 Ibíd., Pág. 44.
22 El análisis estructural, distingue dos niveles: el de la estructura manifiesta (conjunto de elementos que constituye el interior de un texto) y el de la estructura inmanente (organización narrativa: actantes, funciones, programas narrativos; y organización descriptiva: figuras, conjuntos figurativos, papeles temáticos, temas descriptivos), que atraviesan todo el texto y reciben la coherencia por cierta líneas de sentido, llamadas isotopías, que organizan los elementos narrativos y descriptivos sobre una oposición final. René Krüger, S. Croatto y N. Míguez, Métodos Exegéticos, Págs. 257, 259.
23 Ibíd. Pág. 275.
24 Georg Strecker y Udo Schnelle, Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, Pág. 56.
25 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Págs. 66, 105-107.
26 René Krüger, Severino Croatto y Néstor Míguez, Métodos Exegéticos, Págs. 276-278.
27 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Págs. 109-110
28 Ibíd., Pág. 17
29 Ibíd., Pág. 19
30 Ibíd., Págs. 137-139.
31 René Krüger, Severino Croatto y Néstor Míguez, Métodos Exegéticos, Págs. 52-53.
32 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Págs. 137-138, 145-146.
33 Georg Strecker y Udo Schnelle, Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, Pág. 207.
34 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Págs. 145-146.
35 Ibíd., Págs. 137, 147-148.
36 René Krüger, Severino Croatto y Néstor Míguez, Métodos Exegéticos, Pág. 83.
37 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Págs. 158-161.
38 Mientras M. Dibelius considera la predicación de la comunidad primitiva cristiana como el seno materno para el desarrollo de las formas primitivas cristianas, Bultmann presupone una imagen “primitiva” de Jesús sobre la que apenas da detalles, que no se corresponde, ni histórica ni teológicamente, con su tiempo, y de la que no pueden deducirse juicios, ni histórico-formales, ni simplemente históricos. Esto supone que entre Jesús y la comunidad primitiva hay una discontinuidad radical, y que las declaraciones de continuidad, implícitas en la tradición evangélica, son propias de la comunidad. Georg Strecker y Udo Schnelle, Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, Pág. 126.
39 Ibíd., Pág. 124-127.
40 Ibíd. 99.
41 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Págs. 158-160.
42 Georg Strecker y Udo Schnelle, Introducción a la exégesis del Nuevo Testamento, Pág. 148.
43 Wim Weren, Métodos de exégesis de los Evangelios, Págs. 149-151.