Relato sobre Jesús: el perdón y la sanidad. Intertextualidad en los textos de Marcos 2.1-12, Mateo 9.1-8 y Lucas 5.17-26
Seminario de Investigación Bíblica
Por
Vanina Galleani
Buenos Aires
Junio de 2009
Introducción
El presente trabajo consiste en la presentación de un trazado de intertextualidad - respecto de un relato acerca de Jesús - presente en los evangelios de Marcos 2.1-12, Mateo 9.1-8 y Lucas 5.17-26, realizado por medio de una interpretación minuciosa y comparativa entre relatos, a la luz de la visión global ofrecida en la bibliografía de la materia.
Este análisis, está dividido en cinco secciones: primeramente, mostrando – en líneas generales - particularidades redaccionales que presenta cada Evangelio y las hipótesis de recolección de fuentes escritas que utilizaron. Un segundo paso - introduciéndonos ya - en el relato que atañe a este análisis, mostrando una visión conjunta del mismo; y del tercer al quinto punto, haciendo un análisis bajo la visión de cada autor en particular, haciendo una descripción detallada de aspectos redaccionales de un mismo relato y las relaciones intertextuales que se desprendan de allí, siempre siguiendo la ilación de la continuidad del pasaje estudiado.
Como conclusión del estudio, se recogerán los aportes que se desprendan del mismo.
De esta forma se presentan los aspectos más sobresalientes al texto, que hacen que su lectura pueda ser útil y aclaratoria de algunas cuestiones, para conocer más acerca de las palabras y los hechos de Jesús.
I. Singularidades literarias de los Evangelios Sinópticos:
En el género evangelio, siempre ocurren dos elementos: predicación y relato. El primero que desarrolla la presentación, la historia y la predicación de Jesús, es Marcos: reúne y ordena en un relato bien trabado toda serie de tradiciones particulares sobre Jesús, de narraciones, de relatos de milagros y palabras de Jesús, que en parte podían ya existir en grandes colecciones, formando un conjunto mayor y continuo. Los tres evangelios sinópticos no son, en modo alguno, uniformes, aún cuando Mateo y Lucas adopten por completo el trazado de Marcos y lo tomen como base de sus escritos evangélicos. No es solo la incorporación de la “fuente de los logia” o discursos, “Q”, lo que diferencia a los dos evangelistas mayores de Marcos, sino también su concepto general muy diferenciado de un escrito evangélico. Mateo ha reelaborado y sistematizado la tradición preexistente sobre Jesús en tal forma y manera que nos presenta un magnífico libro doctrinal con una estructura sistemática perfectamente pensada. Lucas, se entiende a sí mismo como historiador a favor de la causa cristiana, ampliando a Marcos de tal forma, que tal vez se pueda designar su Evangelio como el primer proyecto de una historia de Jesús.
Las distintas hipótesis de la recopilación, pretenden mostrar cómo utilizaron los evangelistas las fuentes escritas en la composición del evangelio. Según estas hipótesis, el redactor y el evangelista son la misma persona. El interés se centra, en el proceso que condujo a su composición. En cuanto a Marcos, la mayoría de los exégetas admite que el evangelista utilizó una sola fuente: la colección de sentencias de Marcos, pero esto no es tan contundente. La importancia de las hipótesis consiste en que suponen que el evangelista utilizó varias fuentes. Esta suposición mantiene su probabilidad.
Mateo recoge prácticamente todo el material narrativo de Marcos, pero inserta gran cantidad de material nuevo; aproximadamente la mitad de Mateo no tiene paralelo en Marcos. Lucas, al igual que Mateo, es muy probable que haya contado entre sus fuentes al evangelio de Marcos o la tradición a la que este utilizó, pero adaptándolas a un estilo de redacción propia.
II. Visión de Conjunto: Presentación haciendo paralelo entre textos:
Las coincidencias literales muestran que existe una relación literaria entre los tres relatos. A continuación se hará una presentación de la traducción de los tres textos de los evangelios, destacando coincidencias literales en los tres autores (en negrita); coincidencias entre Marcos y Mateo (en subrayado), y los términos comunes de Marcos y Lucas (en cursiva), a fin de poder distinguir las semejanzas y diferencias existentes entre ellos, y así, aclarar cuestiones propias de este trabajo.
Marcos 2.1-12
1 Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa.
2 Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y Él les exponía la palabra.
3 Entonces vinieron a traerle un paralítico llevado entre cuatro.
4 Y como no pudieron acercarse a Él a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde Él estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico.
5 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
6 Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones:
7 ¿Por qué habla éste así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
8 Y al instante Jesús, conociendo en su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones?
9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decirle: "Levántate, toma tu camilla y anda"?
10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):
11 A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
12 Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios,
diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante.
Mateo 9.1-8
1 Y subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad.
2 Y le trajeron un paralítico echado en una camilla;
y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados.
3 Y algunos de los escribas decían para sí: Éste blasfema.
4 Y Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, y
anda"? 6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (entonces dijo al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
7 Y él levantándose, se fue a su casa. 8 Pero cuando las multitudes vieron esto, sintieron temor, y glorificaron a Dios, que había dado tal poder a los hombres.
Lucas 5.17-26
17 Y un día que Él estaba enseñando, había allí sentados algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y de Jerusalén; y el poder del Señor estaba con Él para sanar.
18 Y he aquí, unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús.
19 Y no hallando cómo introducirlo debido a la multitud, subieron a la azotea y lo bajaron con la camilla a través del techo, poniéndolo en medio, delante de Jesús.
20 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados.
21 Entonces los escribas y fariseos comenzaron a discurrir, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
22 Conociendo Jesús sus pensamientos, respondió y les dijo: ¿Por qué discurrís en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate y anda"?
24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
25 Y al instante se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios. 26 Y el asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios; y se llenaron de temor, diciendo: Hoy hemos visto cosas extraordinarias.
- De esta forma, se ha podido observar a simple vista las convergencias literarias entre los tres pasajes que se están estudiando. A continuación, se harán las observaciones sobre el relato de cada evangelista, para poder determinar el grado de intertextualidad existente.
III. La redacción de Marcos 2.1-12
Este relato es la combinación de un apotegma en 5b-10ª y un relato del milagro en 1-5ª y 10b-12. Esta hipótesis, tiene argumentos fuertes. Sus indicios: 1) La vivacidad de 3-5ª; 11s, con sus referencias a la rotura del tejado, a la muchedumbre y a la casa, indican dependencia de la tradición primitiva; 2) La sección de discusión de 5b-10ª responde a otro modelo; 3) Las frases “dijo al paralítico” de 5ª y 10 b son conexiones redaccionales; 4) 11s sólo considera el acto de la curación; en la intención del evangelista “todos” se refiere a la muchedumbre, pero en la forma actual de la narración cabe la interpretación errónea de que “todos” incluya también a los escribas; 5) Aunque le falta introducción, 5b-10ª tiene un fuerte parecido – en la forma y disposición – con los apotegmas de 16s, 18, 20, 23-26; 3.1-6. Es posible, que 2.1-12, como 1.40-45, sea una unidad original e irregular de la que pueden desprenderse nuevos elementos. Parte de ese proceso queda ilustrado en Mt. 9.1-8, donde el problema de perdón de pecados queda en primer plano, y el segundo, el milagro.
Aspectos destacables dentro del pasaje, y relaciones intertextuales en referencia a otros pasajes:
Es notable lo gráfico del relato: “Varios días después”, o sea, tras un tiempo de duración indeterminada, vuelve Jesús de nuevo a Capernaúm (cf. 1.21), evitando la aparición en público (1.45). Pero la noticia de que está “en casa”, esto es, probablemente en casa de Pedro.
“o` kra,battoj” (2.9, 11s; 6.55; Jn. 5.8s, 10s; Hch. 5.15, 9.33): La cama o el colchón del pobre se adapta a la narración de Marcos 2.4, mejor que “kli,nhj”, empleada por Mt 9.2 y Lc 5.18.
En el v.5, la mención del perdón de los pecados es abrupta porque aparece donde cabría esperar una palabra de curación. Jesús no creía en modo alguno que el pecado fuese la única causa de la aflicción y de la calamidad (Cf. Jn. 9,2; Lc. 13. 1,5), pero se daba cuenta de que lo mental, lo espiritual y lo físico están íntimamente unidos, anticipándose así a las conclusiones de la psicoterapia moderna con respecto a algunas formas psicológicas de parálisis. También es posible que las palabras declaratorias tuvieran intención curativa. Las palabras de Jesús “te,knon( avfi,entai, sou ai` a`marti,ai” (“Hijo, son perdonados de ti los pecados”, v.5), no pueden entenderse sino como la garantía, dada con plena autoridad, de que Dios ha perdonado al enfermo sus pecados, cuya consecuencia es la enfermedad. Según las creencias judías, el perdón de los pecados es prerrogativa exclusiva de Dios. Pero Jesús evidencia con sus declaraciones, su poder absoluto ante sus adversarios, que le acechan en silencio, al ponerles de manifiesto sus ocultos pensamientos, mostrando así su ciencia divina. Porque el “conocer los corazones” es, según los rabinos, lo mismo que el perdón de los pecados, privilegio exclusivo de Dios. En su visible éxito se manifiesta que su frase de perdón de los pecados no era ninguna “blasfhmei/” (“blasfemia”, v.7), sino que Jesús, como “Hijo del Hombre” cuya misión es la destrucción del poder de Satán (3,27), puede realmente perdonar pecados en la tierra. La denominación “Hijo del Hombre” con la que Jesús se designa a sí mismo, aparece en Marcos por primera vez en este pasaje (v.10); en total, catorce veces en este Evangelio.
La mayor dificultad está en este versículo 10, que contiene un anacoluto con cambio de las personas a quienes se dirige Jesús y que rompe la unidad del pasaje. Además, resulta sorprendente, habida cuenta de cómo presenta Marcos el secreto mesiánico, que Jesús se manifestara tan al principio como Hijo de hombre con autoridad para perdonar los pecados, y más si se considera que esta revelación va dirigida a un grupo de escribas hostiles. Es posible, sin embargo, que este pasaje no sea un dicho de Jesús, sino un comentario incidental de la iglesia, dirigido a los lectores cristianos de este evangelio para explicarles el dignificado de la curación. En este caso, el versículo formaría una perfecta unidad literaria en que Jesús afirma la eficacia de su palabra de perdón no mediante una declaración verbal, sino con un milagro cuyo alcance sólo es conocido por quienes lo consideran desde el punto de vista de la fe.
Este primer relato sólo puede llamarse discusión en cierto sentido, porque los adversarios de Jesús no expresan verbalmente sus objeciones contra él. Disputa hay sin embargo, porque Jesús conoce sus pensamientos y se los pone de manifiesto. Como punto central en la narración aparece, no la curación, sino el perdón de los pecados. En los sinópticos, no se habla nunca en otros casos de esta relación entre enfermedad y pecado.
Los vv. 11s parecen más bien ser el final orgánico de un tipo de relato, lo que significaría que los vv. 5b-10 son una adición secundaria en el relato.
En el v.12, Marcos nos habla del asombro de la gente: jamás en su vida presenciaron algo semejante. De acuerdo a Mateo, la multitud “vieron esto…y sintieron temor” (Mt. 9.8). Lucas en su relato dice que “el asombro se apoderó de todos…y se llenaron de temor”, haciéndoles exclamar: “Hoy hemos visto cosas extraordinarias” (Lc. 5.26). Los tres evangelios observan que la gente glorificaba a Dios: “todos” (mencionado por Mr. y Lc) le atribuyen el honor y esplendor que se le debe.
En el trascurso del relato de Marcos - en los aspectos destacados en el presente trabajo - se puede observar algunas relaciones intertextuales con el contexto veterotestamentario y neotestamentario en general y principalmente, en su relación con Mateo y Lucas, quienes toman de Marcos su terminología, y la amplían a su criterio y estilo propio: De esto último, se pueden observar distintas diferencias existentes entre un relato y otro (Ver cuadro de columnas paralelas).
A continuación, se seguirá con la exposición sinóptica en vista de dilucidar más confluencias significativas entre textos, como así también mostrar las diferencias salientes que se desprendan de estos.
IV. La redacción de Mateo 9.1-8
El relato de la curación del paralítico en el evangelio de Mateo, se haya acertadamente ubicado en una serie de de diez milagros (capítulos 8 y 9), signos característicos de la función mesiánica del Maestro. El conjunto de estos versículos debe considerarse como una redacción tardía, lo que no excluye que puedan tener un auténtico valor documental. Hay razones históricas para pensar que la cuestión de autoridad – típicamente palestinense – fue uno de los elementos del conflicto mortal que enfrentó a Jesús con sus adversarios.
El relato de Mateo se distingue por un primer rasgo negativo: su escaso interés por los detalles anecdóticos (dado que reserva toda su atención para las enseñanzas doctrinales). Mateo es tan breve en este aspecto que casi resulta oscuro: es preciso recurrir a los paralelos para que la escena adquiera tonalidades concretas y entre en la atmósfera cotidiana.
Aspectos destacables dentro del pasaje, y relaciones intertextuales en referencia a otros pasajes:
El verbo utilizado por Mateo “diepe,rasen” (v.1) indica, mejor que el de Marcos “eivselqw.n” (2.1), que la barca de Jesús atraviesa el lago de Genesaret, partiendo del sur de la costa oriental, la región de Gadara (cf. ad 8.28). Por el paralelo de Marcos se sabe que Jesús vuelve a Capernaúm (la aldea de Nahum, cf. 4.13), llamada aquí su ciudad, probablemente porque allí estaba inscrito y pagaba el impuesto. Lucas, en distinción, suprime toda localización y subraya la presencia de fariseos y escribas, mientras que Jesús no enseña, sino que cura a los enfermos. La extrema sobriedad de Mateo es llamativa.
Dos veces han aparecido ya paralíticos en este evangelio (4,24; 8.6). Ahora explica Mateo la causa de la parálisis y el poder de Jesús para curarla. El “paralítico”, el hombre incapaz de toda actividad, es muerto en vida. Marcos conoce el término catre, pero no lo emplea aquí; emplea kra,battoj (cf. Jn. 5.8-11, etc.).
En Mateo no aparecen las precisiones de Marcos y Lucas: los cuatro hombres que traían al enfermo, el agujero en el techo de la choza (v.19; Lucas menciona tejado, adaptando el texto a su medio), el descendimiento del enfermo a los pies de Jesús. Pero es sorprendente que los tres sinópticos coincidan completamente en el relato de lo que dijo e hizo Jesús. Este hecho, muestra que la tradición oral valoraba sobre todo las palabras y hechos de Jesús.
Jesús viendo la fe de ellos (v.2): esta expresión aparece en la triple narración evangélica; se comprende mejor en los contextos de Marcos y de Lucas que en el de Mateo (ve su fe en el mero hecho de que llevan al enfermo). La fe es, de algún modo, un clima social; la espera común de una ayuda. J. Camacho difiere con el resto de los comentaristas, en que Jesús se dirige solo al paralítico para anunciarle que sus pecados están cancelados. En Mateo no se indica la forma precisa en que llegó el paralítico ante Jesús. En ninguno de los tres relatos se especifica el grado de gravedad de la enfermedad.
Jesús lo exhorta a confiar (“animo”) y lo llama “hijo” (también Marcos usa este calificativo; en Lucas, “hombre”), término que se aplica a los israelitas (Mt. 15,26). El imperativo qa,rsei, no aparece más que en Mateo.
La idea de perdón no aparece con demasiada frecuencia en la tradición sinóptica. Dado que los judíos veían en la enfermedad un signo – si no una prueba individual - del pecado, Jesús socorre a este enfermo en su postración más profunda (cf. ad 4.23-24) y le comunica el perdón de Dios. Así supera sin duda la misma expectativa de la fe, anteponiendo la palabra de perdón al gesto de curación, y concede la primacía a lo que es esencial.
El sujeto que posee la autoridad es “el Hombre” (cf. 8,20), el Hijo de Dios (3,16s), que es el “Dios entre nosotros” (1.23). La curación significa el paso de la muerte a la vida (“levántate”, verbo aplicado a la resurrección).
Marcos y Mateo mencionan la reacción de los escribas; Lucas, agrega a los escribas, también los fariseos, pero el sentido es el mismo. Mateo sólo recoge la acusación de blasfemia lanzada contra Jesús.
En los vv. 5-6, Jesús se coloca en el punto de vista de sus interlocutores: “¿qué es más fácil decir?”: Decir que se perdonan los pecados, cosa que no puede comprobarse mediante observación; o mandar al enfermo a que se levante y camine: el efecto de poder de sanar, demuestra que también está presente y activo el poder que salva del pecado. A menos que se sane el pecado, no hay un remedio genuino para las enfermedades del hombre. Esta es la intención en relato de Mateo; es la plenitud del poder salvífico, lo que hace que los hombres glorifiquen a Dios.
Los circunstantes son “multitudes” determinadas, alusión a las que siguieron después del discurso en la montaña (8,1). Según Mateo (la que mejor describe este aspecto), la gente estaba “llena de temor”, o “pasmada”; Marcos dice “asombrados” o “atónitos”; Lucas, “el asombro se apoderó de todos”… “se llenaron de temor”. Los tres evangelios informan que la gente glorificaba a Dios. Mateo añade: “…que había dado tal poder a los hombres”. La interpretación es que ellos atribuían gloria y honor a Dios porque él había impartido tal poder a un miembro de la raza humana, la raza misma a la que ellos pertenecían. Haber concedido esta autoridad “a los hombres”: en paralelo con “el Hombre”, muestra que representa una condición que puede extenderse a otros. De los seis textos de Mateo en que aparece el término autoridad (evxousi,a), éste es uno de los más reveladores.
¿Reconocieron los escribas su derrota? En este punto Mateo guarda silencio. Lo mismo ocurre en Marcos y Lucas. La continuación de la historia parece indicar que ellos nada reconocieron y se hicieron cada vez más hostiles.
En los vv. 7-8, la mención del milagro es breve (en los tres sinópticos). La orden de Jesús (Cf. Jn. 5, 8-9) es ejecutada de inmediato.
V. La redacción de Lucas 5.17-26
Este pasaje es el primero de una serie de controversias que Lucas introduce en su relato evangélico, tomándolas de su fuente, es decir, del evangelio de Marcos (2.1-12). Lo que se relata en este episodio, pertenece indudablemente a colecciones anteriores a la redacción de Marcos. Es muy posible que estas controversias hayan conservado los recuerdos de la primitiva comunidad sobre ciertas discusiones que el propio Jesús había tenido con los jefes religiosos del judaísmo palestinense; pero es aún más probable que en ellas queden reflejados los conflictos de la propia comunidad judeocristiana, a medida que iba extendiéndose y tomando su propia configuración.
La narración de Lucas depende única y exclusivamente del relato de Marcos, he introdujo ligeras variantes redaccionales, que se detallarán en el siguiente apartado.
Aspectos destacables dentro del pasaje, y relaciones intertextuales en referencia a otros pasajes:
Lucas ha reelaborado por completo la introducción de este relato, que toma de Marcos. Lucas renuncia (a diferencia de Mc. 2.1) a una determinación local de la escena, pero hace notar que Jesús estaba enseñando y se coloca, sobre todo, en la introducción a los fariseos y los doctores de la ley, que observan a Jesús con ánimo hostil, mientras que Marcos (2.6) no se da cuenta de su presencia hasta más tarde.
El uso que Lucas hace de “kli,nhj” (Lc. 5.18 y Mt. 9.2), refiere a un “lecho” o “pequeño diván”, a diferencia del uso de “kra,battoj” “el lecho” del pobre, de Marcos 2.4.
La azotea “to. dw/ma”, es una palabra muy antigua y usual: denota un terrado de tejas. Este detalle, es exclusivo de Lucas (Lc 5.19; cf. Mc. 2.4). El uso de “azotea”, es sencillamente techo, aunque el techo de tejas comenzó a usarse en la época neotestamentaria, y Palestina no estaba excluida de esto.
En Lucas 5.20: En lo que respecta al paralítico, aun es posible que debido a su condición no pudiera hablar. Pero aunque los cinco hombres no hablaron, mostraron su confianza, y esto era lo importante. Jesús le declara: avfe,wntai…sou (Lc. 7.48) : En Lucas, Jesús se dirige al paralítico con el vocativo “hombre” (5.20) , mientras que, en Marcos, Jesús le habla como “hijo” (Mc. 2.5).
¿Quién es éste…? (v.21a): Lucas corrige una vez más el estilo griego de Marcos poniendo algunas frases en verso yámbico. También ha suavizado las palabras despectivas de los adversarios (v.21b; Mc. 2.7). En la terminación del v. 21, respecto del pensamiento “Sino solo Dios” (eiv mh. mo,noj o` qeo,j): Marcos usa ei-j (uno, 2.7) en lugar de mo,noj (solo) como Lucas.
La redacción de Lucas, se la debe considerar como “declaración de Jesús”: el núcleo de esta “declaración”, está en el v.23, que incluye una formulación más primitiva, como la del v.20. Por un lado, el pasaje tiene ciertas semejanzas con Lc. 5.1-11, al ser una narración compuesta de elementos heterogéneos; por otro lado, el v. 24ab viene a complicar el tema, dadas las dificultades de interpretación, tomado casi a la letra de Mc 2.10. Comparada con esta formulación de Marcos, la redacción de Lucas cambia el orden de las palabras y evita el uso del presente histórico (le,gei, de Marcos 2.10, por le,gw, en v.24). La dificultad de interpretación que plantea el v. 24ab proviene esencialmente del cambio de persona que se introduce en la narración: de la segunda persona del plural (“para que sepais”) se salta a la tercera persona del singular (“dijo” al paralítico).
En el v. 24a, al usar el término “Hijo del Hombre”, Jesús parece moverse entre dos tradiciones veterotestamentarias que combina: en una de ellas “Hijo de hombre”, indica la humilde condición de la carne mortal (Sal. 8.5; Job 25, 6; Ez. 2.1; etc); en otra asociación, la que se origina en Dn. 7.13, “Hijo de hombre” implica la exultación de los humildes y perseguidos santos de Israel. Jesús unió el Hijo del hombre glorioso, en su función escatológica de juez (Lc. 17.22ss), con la del Siervo doliente.
(“Dijo al paralítico”) (ei=pen tw/| paralelume,nw; v.24b): Este paréntesis aparece justo en medio de las palabras de Jesús en Marcos 2.11 y Mateo 9.6, lo que es prueba concluyente de la interrelación entre estos documentos.
“A la vista de todos”: Lucas 5.25, sigue a Marcos 2.12 en este detalle. Tomó (aras) su camilla y salió andando, yéndose a casa tal como Jesús le había ordenado (Mr. 2.11); pero Lucas es el único en observar que el hombre sanado de su enfermedad, se fue a su casa “alabando a Dios”.
En cuanto al v.26, los tres sinópticos informan con cuanto júbilo reaccionaron los espectadores ante lo que acababan de presenciar. Es común a los tres evangelios la observación que el pueblo glorificaba a Dios: “todos” (según Marcos y Lucas) atribuían a Dios el honor y esplendor que le era debido. Esto no incluía a los escribas, quienes siguieron siendo hostiles. No obstante, la respuesta en que se glorificaba a Dios era la suficiente general para el uso de la palabra a[pantaj (v.26; Mr. 2.12).
Conclusión
El desarrollo de este trabajo, ha mostrado –en líneas generales - tanto lo característico a los tres relatos, como lo particular en cada uno de ellos, y esto es de importancia para el análisis de intertextualidad; el cual se quiere determinar. Cada uno de los evangelistas se ha valido de un texto anterior para expresar su visión de los hechos, imprimiendo cada uno su particularidad redaccional.
El relato del perdón y la sanidad del paralítico, está presente tanto en el evangelio de Marcos, como en el de Mateo y el de Lucas. El papel de Jesús en este pasaje, desafía las categorías teológicas del grupo religioso dominante en su cultura. Los tres evangelistas destacan que la fe, es un requisito fundamental para recibir la bendición del Señor. También, hace notoria y destacable su declaración “tus pecados te son perdonados”, presente en los tres sinópticos, mostrando así su autoridad salvadora y su poder divino, llamándose a sí mismo “Hijo del Hombre”, mostrando su cualidad mesiánica.
Los pecados fueron perdonados; la sanidad fue concedida.
Cito aquí palabras de J.Blanck, referidas a la experiencia de aquellos que citaron, en forma conjunta, uno de los tantos “episodios” desarrollados en la historia de la salvación:
“Junto al lenguaje individual se da también el lenguaje de grupo, y […] con el «idiolecto» coexiste el «sociolecto». […] Cuando a ello se suma una cabeza docente superior, que asume durante largo tiempo el papel de maestro con autoridad y prestigio, resulta normal que también el grupo de discípulos se apropie de la terminología, la manera de pensar y hasta la sintaxis del maestro”.
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Notas: